Guachinche La Montañita

Visitar Guachinche La Montañita en San Miguel de Abona es como parar el coche y meterte de lleno en una comida con sabor isleño y sin pretensiones. El local tiene un ambiente rústico y relajado: comedor amplio, mesas sencillas, ambiente cálido. Lo que importa aquí es lo de dentro —los platos, el vino, la charla—, más que el decorado.

La carta refleja ese enfoque: entradas para compartir que funcionan genial (queso asado o fresco, garbanzas, churros de pescado), raciones de carne a la brasa como solomillo a la piedra —una de sus especialidades—, costillas con papas y piña, carne fiesta, y dulces caseros como tarta de galleta o quesillo. También ofrecen vino de la casa, elaborado internamente, lo que suma autenticidad.

Lo que me gusta de este guachinche es que se siente accesible: no parece pensado solo para turistas, sino para gente que quiere comer bien, sin florituras, y salir satisfecho. El precio es ajustado, la cantidad generosa y el trato cercano: te reciben como si te conocieran, te explican los platos y el vino, y eso siempre suma.

El entorno también contribuye: está junto a la carretera a San Miguel, con una ubicación que facilita llegar en coche, aparcar y relajarte. No es lujo, pero es auténtico, y muchas veces eso es justo lo que se busca en Tenerife.

Si estás por la zona sur de la isla, te apetece una comida canaria de las de “me voy a quedar un rato”, con buen vino, carne a la brasa, raciones generosas y ambiente tranquilo, Guachinche La Montañita es una opción que te va a dar lo que buscas. Te encantará si eres de los que valoran lo real, lo local y lo sabroso.