San Juan de la Rambla

San Juan de la Rambla es una joya escondida en la costa norte de Tenerife. Pequeño y con alma, este municipio conserva el sabor auténtico del pasado en cada esquina. Fundado en el siglo XVII, su casco histórico mantiene casas de fachadas blancas con puertas y ventanas de madera, balcones canarios y calles empedradas que invitan a caminar sin mapa, con la calma como compañera.

Su ubicación entre mar y montaña le da un encanto especial: desde el centro, puedes contemplar el Atlántico rompiendo contra los acantilados o, en dirección contraria, ver cómo el terreno se eleva hacia el verde de las medianías. Lugares como la plaza principal, la iglesia de San Juan Bautista y su entorno ofrecen una estampa tranquila, ideal para quienes buscan autenticidad.

Muy cerca se encuentra el Charco de La Laja, una piscina natural tallada por la lava y esculpida por el mar, perfecta para un baño con vistas al horizonte. También destacan sus senderos costeros y rurales, que conectan con otros pueblos del norte, ideales para caminatas relajadas entre plataneras, riscos y olor a mar.

San Juan de la Rambla es discreto, pero cuando lo visitas entiendes por qué algunos se quedan a vivir allí. Es el tipo de lugar que no necesita ruido para enamorar, solo viento, sal y ese ritmo pausado que te recuerda que estás en una isla donde el tiempo no corre, camina.