Trekking

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Caminar la ruta circular que parte de El Médano hacia Montaña Roja es adentrarte en un paisaje volcánico de otro mundo: arena rojiza, mar azul intenso y viento que acaricia mientras das cada paso. Puedes ver bunquers de la segunda guerra mundial, aves acuaticas y vistas panoramicas de la zona sur de la isla. Te encantará si buscas una excursión fácil con ese toque “reconectar con la naturaleza” en el sur de Tenerife.

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El sendero de Los Catalanes, en el macizo de Anaga, combina historia rural y paisajes espectaculares. Es un recorrido de media dificultad que conecta antiguos caseríos a través de bancales, laurisilva y vistas al mar. El contraste entre la vegetación húmeda y los restos de la vida tradicional canaria hacen de esta ruta una experiencia auténtica y muy representativa de la Tenerife más verde y tranquila.

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El sendero de la Charca de Tahodio, en Santa Cruz de Tenerife, es una de las rutas más cercanas a la ciudad y, al mismo tiempo, una de las más tranquilas. Conecta el barrio de Valleseco con un embalse rodeado de montañas verdes, ofreciendo un paisaje inesperadamente natural a pocos minutos del bullicio urbano. Ideal para una caminata relajada, combina vistas al mar, vegetación de monteverde y la calma del agua embalsada.

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El Sendero del Barranco del Río, en Arico, es una de las rutas más sorprendentes del sur de Tenerife. Atraviesa un profundo barranco con pozas naturales, cascadas y formaciones rocosas erosionadas por siglos de agua y viento. Es un recorrido de aventura, ideal para quienes disfrutan del senderismo entre paisajes salvajes y contrastes naturales, con tramos de vegetación exuberante que recuerdan el lado más secreto de la isla.

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El Sendero de Los Órganos, en el Parque Natural de la Corona Forestal, es una de las rutas más emblemáticas de La Orotava. Atraviesa un espeso pinar de gran belleza hasta llegar a los impresionantes acantilados de roca basáltica que recuerdan a tubos de órgano, formados por la acción volcánica. Con vistas al Valle de La Orotava y al Teide, es una caminata ideal para los amantes de la naturaleza y el senderismo tranquilo.

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El sendero de la Montaña de Chayofita, en Los Cristianos, es una ruta sencilla y corta que ofrece una de las mejores vistas panorámicas del sur de Tenerife. Su recorrido, de apenas un kilómetro, asciende suavemente por un antiguo cono volcánico hasta una cima desde la que se dominan Los Cristianos, Las Américas y el Atlántico. Ideal para caminar al atardecer y disfrutar de la calma y el paisaje urbano desde lo alto.

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El sendero de El Batán, en pleno macizo de Anaga, es una experiencia que combina naturaleza y tradición. El recorrido desciende entre frondosos bosques de laurisilva hasta el caserío, uno de los más aislados de la isla, donde todavía se respira la vida rural canaria de antaño. Es una ruta que impacta por sus paisajes verdes, su tranquilidad y el contacto directo con la cultura tradicional de Tenerife.

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La ruta que conecta El Sauzal con la Fuente del Pino en La Matanza es un sendero de carácter local, ideal para disfrutar de la tranquilidad del norte de Tenerife. Transcurre entre viñedos, barrancos y pequeños caminos rurales, con vistas al mar y al Teide. Es un recorrido relativamente sencillo pero con encanto, que combina naturaleza y tradiciones, ya que la fuente fue históricamente un lugar de encuentro para pastores y vecinos.

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La Ruta al Sombrero de Chasna es un sendero que conduce a una de las montañas más emblemáticas del sur de Tenerife, muy reconocida por su perfil característico. Desde su cima se obtienen panorámicas impresionantes del Teide, el Valle de Ucanca y la costa sur. Es un recorrido de alta montaña que combina historia, paisaje volcánico y la tradición pastoril que marcó la vida en estas cumbres.

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Esta ruta circular desde el Pico del Inglés combina el misticismo del Túnel de las Hadas, un paso natural rodeado de vegetación densa y niebla frecuente, con el encanto rural de Roque Negro. El recorrido ofrece paisajes de laurisilva, miradores naturales y tramos que parecen sacados de un cuento. Es un sendero ideal para quienes buscan una experiencia visualmente mágica y profundamente conectada con la naturaleza de Anaga.

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El Sendero PNT 13 Circular Sámara recorre un paisaje volcánico único dentro del Parque Nacional del Teide, con vistas constantes al majestuoso pico. El recorrido atraviesa campos de lava, pinares y conos volcánicos, ofreciendo una experiencia inmersiva en la geología y naturaleza de alta montaña de Tenerife. Es una ruta accesible y visualmente impactante, ideal para quienes buscan un contacto directo con la historia volcánica de la isla.

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El Roque de Taborno, es una imponente formación rocosa que corona el caserío de Taborno, en pleno Parque Rural de Anaga. Su sendero circular ofrece vistas vertiginosas de acantilados, barrancos y el océano Atlántico, en un entorno donde la laurisilva se mezcla con paisajes agrestes. Es un rincón espectacular para senderistas y amantes de panorámicas únicas.

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El Malpaís de Güímar es una reserva natural que protege un paisaje volcánico único en la costa este de Tenerife. Sus senderos recorren campos de lava, conos volcánicos y zonas de tabaibas y cardones, ofreciendo un contraste espectacular con el azul intenso del Atlántico. Es un lugar ideal para paseos tranquilos, observación de aves y fotografía de un entorno casi intacto, donde la naturaleza se muestra en su estado más puro.

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El sendero de El Palm-Mar a Punta de Rasca recorre la costa sur de Tenerife atravesando un paisaje volcánico y semidesértico, con vistas continuas al Atlántico. Durante el camino es posible avistar delfines y, en ocasiones, tortugas marinas desde los acantilados y puntos elevados. La ruta culmina en el faro de Punta de Rasca, un lugar solitario y fotogénico donde el mar rompe con fuerza sobre rocas negras y formaciones costeras únicas.

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La Montaña de Guaza, en el sur de Tenerife, es un paraje natural protegido que conecta Los Cristianos con El Palmar a través de un sendero costero y de altura. Su recorrido ofrece vistas espectaculares del Atlántico y, desde varios puntos, la posibilidad de avistar delfines y tortugas marinas en las aguas cercanas. Es un lugar donde el paisaje volcánico, la fauna marina y la tranquilidad se combinan en una experiencia única.

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El Roque del Conde es una imponente meseta volcánica situada en el sur de Tenerife, reconocible por su cima plana que se alza sobre Adeje y Arona. Su ascenso ofrece una de las vistas panorámicas más amplias de la isla, desde el Teide hasta La Gomera. Con leyendas guanches ligadas a su historia, es un lugar que combina senderismo exigente, paisajes volcánicos y una conexión única con las raíces ancestrales de Tenerife.

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Una caminata tranquila que recorre el pintoresco caserío de Teno Alto, en uno de los rincones más rurales y auténticos de Tenerife. Ideal para quienes buscan paisajes tradicionales, arquitectura rural canaria y un contacto cercano con la vida del campo.

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Ruta muy popular por su paisaje único de formaciones rocosas volcánicas en forma de conos y chimeneas, conocidos como el Paisaje Lunar. Parte desde Vilaflor, el pueblo más alto de España, y transcurre entre pinares canarios, lava y ceniza volcánica. Ideal para amantes de la geología y el senderismo fotogénico.

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Esta ruta circular desde Afur hasta Taganana es una joya del Parque Rural de Anaga. Atraviesa el barranco de Afur hasta la playa de Tamadite, recorre la costa acantilada hasta Taganana y regresa por un sendero que sube entre bosque y monte. Paisajes salvajes, contraste entre mar y montaña, y un ambiente rural muy auténtico. Requiere buena forma física y calzado adecuado.

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La circular al Pico Viejo ofrece una experiencia única por los paisajes lunares del Parque Nacional del Teide. Parte desde las Cañadas, asciende por senderos volcánicos hasta alcanzar la cima del Pico Viejo (3.135 m), segundo punto más alto de Canarias. Las vistas al Teide, al cráter de más de 800 metros y a las islas vecinas son espectaculares. Requiere buena condición física y preparación.

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La ruta de Montaña Blanca al Teide es la vía más icónica y exigente para alcanzar el pico más alto de España, a 3.718 m. Atraviesa un paisaje volcánico singular, pasando por los Huevos del Teide y el Refugio de Altavista. Se necesita buena condición física y permiso oficial para acceder a la cima. Una experiencia inolvidable para quienes buscan aventura y naturaleza en estado puro.

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El Barranco de Badajoz, conocido también como Chamoco, es un cañón volcánico en Güímar rodeado de abundante vegetación y lleno de historia indígena y misterio. Alberga galerías de agua del siglo XIX y la Cueva del Cañizo usada por los guanches. Reconocido como un sendero lleno de leyendas, su atmósfera combina paisaje, arqueología y lo inexplicable.

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Este refrescante sendero circular (unos 5 km) parte y vuelve al área recreativa de Las Raíces, cruzando un bosque de pinos canarios con tramos sombreados y vistas al valle de Güímar. Ideal para una caminata suave en familia, con bancos, buena señalización y ambiente tranquilo rodeado de naturaleza.

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El Sendero de Agua García rodea el monte del mismo nombre en Tacoronte, ofreciendo un paseo circular entre viñátigos centenarios, bosques de laurisilva y fuentes naturales. Ideal para familias o personas mayores: acceso fácil, zonas de descanso y un ambiente fresco y silencioso donde asoma el equilibrio perfecto entre naturaleza e historia local.

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Este sendero desciende desde el bosque de laurisilva en Cruz del Carmen hasta la costa atlántica en Punta del Hidalgo. A lo largo de sus 12 km, atraviesa zonas de niebla, caseríos tradicionales y barrancos profundos. Es una ruta exigente pero inolvidable, que conecta la montaña con el mar a través del corazón verde de Anaga.

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Las Charcas de Erjos son piscinas naturales escondidas en un entorno volcánico, rodeadas de vegetación y vida silvestre. Desde la plaza de Erjos puedes caminar por un sendero antiguo hasta estas charcas, ideales para avistar aves y fotografías en un paisaje íntimo y tranquilo. Perfecto para un paseo familiar sin complicaciones.

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Un sendero circular de unos 5 km en plena laurisilva de Anaga, ideal para quienes quieren caminar rodeados de niebla, árboles cubiertos de musgo y misterio verde. Tiene paneles interpretativos con “enigmas” naturales, es accesible, está bien señalizado y se hace en menos de dos horas. Perfecto para familias, principiantes o curiosos con ganas de bosque encantado.

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El sendero de los Roques de García es un circuito de unos 3,5 km junto al emblemático Roque Cinchado. Caminarás entre formaciones volcánicas únicas como La Catedral o El Burro, con el volcán Teide siempre de fondo. Ideal para disfrutar del paisaje sin esfuerzo, hacer fotos impresionantes y conocer volcanes a ras de suelo.

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El sendero al Alto de Guajara comienza en la Degollada de Guajara y asciende unos 2 km hasta los 2 715 m, en una ruta exigente pero llena de recompensa. Desde su cima se disfruta de una panorámica impresionante del Teide, Pico Viejo, Montaña Blanca y la Caldera de Las Cañadas. También se distinguen otras islas en días despejados. Ideal si buscas esfuerzo y vistas amplias sin drama.

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El Bosque Encantado (El Pijaral) es un tramo de laurisilva en Anaga que parece sacado de un cuento: helechos gigantes (“píjaras”), musgo denso, silencio y niebla. La ruta circular tiene unos 7 km y se recorre en ~3 horas. Limitado a 45 personas al día, se necesita un permiso gratuito. Empieza en La Ensillada e incluye el Mirador de Cabezo del Tejo con vistas al océano.

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Esta circular por el Barranco del Cercado es una joyita escondida en Anaga. Sube desde San Andrés por un sendero que sigue el barranco, entre palmerales, cañas, charcos y laurisilva. Luego enlaza con pistas altas y baja por un camino diferente, cerrando el círculo. Son unos 8 km con buenas subidas, pero el paisaje lo vale. Si te gusta lo auténtico y verde, te va a flipar.

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Este sendero circular combina el PR‑TF 53 y el PR‑TF 54, recorriendo unos 18 km en 5 a 6 horas. Arrancas en Los Silos, subes a Erjos (casi 1 000 m), bajas por el frondoso Barranco de Cuevas Negras y pasas por Las Moradas para volver. Paisajes de laurisilva, bosque, caseríos, caminitos empedrados y vistas al mar y al monte. Dificultad media-alta, vale la pena por las panorámicas.

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El sendero de la Rambla de Castro es un paseo costero de unos 9 km (ida) muy accesible y con vistas brutales. Comienzas en el Mirador El Burgado o San Pedro, caminas entre playas negras, palmerales, tabaibas y dragos, y pasas por sitios con historia: la Casona de Castro, el fortín de San Fernando o las ruinas del elevador de aguas. Todo en un paisaje natural protegido repleto de encanto.

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El Barranco de Afur es una de esas rutas que lo tienen todo: empieza en el corazón verde de Anaga, baja entre montañas cubiertas de vegetación, pasa por pequeñas cascadas y charcos naturales, y te lleva hasta la espectacular y salvaje Playa de Tamadite.

Es un recorrido lleno de contrastes: bosque, agua, roca y mar, todo en un mismo sendero. Ideal si te apetece perderte por la naturaleza y descubrir rincones que parecen de cuento.

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El sendero de Las Siete Cañadas es una caminata larguita pero fácil, que atraviesa la base del Teide entre paisajes volcánicos impresionantes. Va desde El Portillo hasta el Parador, o al revés, siguiendo un antiguo camino de pastores.

Son unos 16 km de puro silencio, rocas, lava y vistas al Teide todo el rato. No tiene desniveles fuertes, así que es perfecta para disfrutar del paisaje sin agotarte. Ideal si te gusta caminar sin prisas y sentir que estás en otro planeta.

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El Barranco de Masca es una de las rutas más impresionantes (y épicas) de Tenerife. Empieza en el pintoresco pueblito de Masca, en lo alto de las montañas, y desciende por un cañón espectacular hasta llegar al mar.

Es una caminata exigente, con tramos de rocas, pasos estrechos y vistas que te dejan sin aliento —literalmente. Al final del barranco, te espera una pequeña cala salvaje junto al Atlántico. Un planazo para aventureros con ganas de sudar y flipar con la naturaleza.

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El Barranco del Infierno es uno de los senderos más populares de Tenerife, y no es para menos. Está en Adeje, al sur de la isla, y combina naturaleza salvaje, paisajes brutales y una cascada final que te deja con la boca abierta.

Es un camino de unos 6,5 km ida y vuelta, bien marcado y con vistas espectaculares del barranco, acantilados y vegetación típica de la zona. No es súper difícil, pero tampoco un paseo por la playa, así que mejor ir con buen calzado y agua.

Eso sí, el acceso está limitado a 300 personas al día, así que toca reservar online antes de ir. Pero vale la pena: aire puro, silencio, y una sensación total de estar metido en otro mundo... a solo unos minutos del centro turístico.

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