Little Germany

Cuando entras en Little Germany lo primero que percibes es que no es un restaurante para turistas que buscan “lo típico en Tenerife”, sino un pequeño rincón donde los propietarios se esfuerzan para que cada plato tenga sabor y carácter. Está regentado por una pareja, lo cual se nota en la atención: te reciben como si vinieras como un amigo y te explican los platos con calma si no estás familiarizado con la cocina alemana.

La propuesta gastronómica gira en torno a la comida centroeuropea auténtica: schnitzel, salchichas, filetes, guisos rustícos y postres como el strudel de manzana. También ofrecen opciones para dieta vegetariana o sin gluten, lo que lo convierte en una alternativa interesante para quien busca flexibilidad. Lo mejor es que los platos llegan en cantidad generosa, con buen punto de cocción y acompañamientos bien pensados.

El ambiente del local es íntimo, tranquilo y cálido. El espacio es reducido, lo que le da ese toque de “bistró de pueblo”, y el público mezcla residentes y visitantes que repiten porque encuentran calidad y trato honestos. Se trata de un sitio donde lo que importa es comer bien, relajarse y disfrutar de la velada.

Para mí, lo que más distingue a Little Germany es esa combinación de tradición alemana con un guiño al visitante: sabor sólido, porciones buenas, servicio atento y precios razonables para la zona. Si estás en Callao Salvaje y quieres una cena diferente, divertida y sabrosa, este restaurante es una apuesta segura. Te encantará si te animas a probar algo distinto en un entorno acogedor.