Ballena de los Silos

En el paseo marítimo de Los Silos, junto a las olas del Atlántico y muy cerca del casco histórico, se encuentra uno de los monumentos más llamativos y fotogénicos de Tenerife: el esqueleto completo de un rorcual común (Balaenoptera physalus), la segunda especie más grande del planeta después de la ballena azul. Esta instalación, que mide más de 18 metros, no es solo un elemento decorativo, sino un proyecto de divulgación impulsado para concienciar sobre la conservación de los cetáceos y la riqueza de la fauna marina que rodea al archipiélago.

Su ubicación al aire libre, con el imponente macizo de Teno y el mar como telón de fondo, convierte este lugar en un punto ideal para la fotografía y la contemplación. El rorcual fue encontrado varado y, en lugar de desaparecer en el anonimato, su esqueleto fue recuperado, tratado y expuesto como símbolo de la estrecha relación que las islas han tenido siempre con el océano: desde la pesca artesanal practicada por los guanches costeros hasta la moderna protección de las especies marinas.

Visitarlo no solo impresiona por su escala, sino que invita a reflexionar sobre la fragilidad de la vida marina y la importancia de preservar uno de los ecosistemas más valiosos de Canarias.