Avistamiento de Aves Los Gigantes

Hacer birdwatching en los Acantilados de Los Gigantes es sumergirse en uno de los escenarios más dramáticos y bellos de Tenerife. Estas paredes verticales de roca volcánica, que se elevan cientos de metros sobre el mar, no solo impresionan por su escala, sino porque en ellas anidan aves marinas y rapaces que encuentran refugio, alimento y territorio entre sus grietas, cornisas y acantilados inaccesibles.

Entre las especies que se pueden avistar destacan el guincho (águila pescadora), una de las rapaces más espectaculares de las islas; el halcón tagarote, adaptado a la caza desde los riscos y los espacios aéreos abiertos; y el cuervo, que sobrevuela esas alturas buscando zonas rocosas donde asentarse. También se ven aves marinas como gaviotas, pardelas y algún charrán; cerca de la costa, en excursiones en barco, las observaciones se completan con comportamientos de vuelo sobre las olas, pesca marítima o paseos costeros, donde el mar aporta movimiento y vida al cielo.

El entorno natural se combina con una protección real: los Acantilados forman parte del Parque Rural de Teno, con normativas para preservar la nidificación de estas especies, evitar acercamientos molestos y proteger los hábitats sensibles. Verás que hay puntos señalizados para contemplar los acantilados desde arriba, siendo importante mantener silencio, distancia y respeto para no perturbar a las aves, especialmente en época reproductiva.

La experiencia es particularmente mágica al amanecer o al atardecer, cuando la luz baja pinta las paredes de roca con tonos dorados y las corrientes marinas aportan neblina o bruma que hace todo más dramático. Usar prismáticos o telescopio, cámara discreta, paciencia y buen ojo son claves: observar dónde las aves se posan, escuchar sus llamadas, ver vuelos rasantes o picados pescando desde el mar.

Si te gusta el birdwatching, Los Gigantes no solo te ofrece una sesión: te regala paisaje, emoción y conexión con lo salvaje, todo en uno.