Qué Ver

Visitar Tenerife no es solo sol y playa, la isla está llena de rincones que sorprenden y que hacen que cada día se pueda vivir de forma distinta. Para empezar, la naturaleza es la gran protagonista: el Parque Nacional del Teide es el emblema, con su volcán majestuoso, paisajes casi lunares y miradores donde parece que el tiempo se detiene. Pero también están los bosques de laurisilva en Anaga, las piscinas naturales del norte, los acantilados de Los Gigantes o las rutas que te llevan a descubrir cascadas escondidas y senderos llenos de verde. En cuanto a pueblos y ciudades, Tenerife tiene de todo: la Laguna, con su casco histórico declarado Patrimonio de la Humanidad; La Orotava, con sus casas tradicionales y balcones de madera; Garachico, que renació tras la lava y hoy es uno de los más bonitos de la isla; o Candelaria, punto de referencia religioso con la basílica de la patrona de Canarias. Cada rincón tiene un carácter distinto y vale la pena perderse por sus calles. La parte cultural también tiene su peso: museos como el de la Naturaleza y Arqueología (MUNA) en Santa Cruz, o el TEA (Tenerife Espacio de las Artes) con su arquitectura moderna y exposiciones, muestran otra cara de la isla más allá del turismo. Además, festividades como el Carnaval de Santa Cruz, considerado uno de los más importantes del mundo, convierten a la isla en un espectáculo de color y música. Y no faltan los miradores repartidos por toda la geografía, perfectos para contemplar desde amaneceres junto al mar hasta atardeceres sobre el Teide. En definitiva, Tenerife es un lugar donde puedes pasar en pocas horas de recorrer un museo a caminar entre volcanes, de perderte en un pueblo histórico a asomarte a un acantilado frente al Atlántico. La isla lo tiene todo: cultura, naturaleza, historia y paisajes que siempre dejan con ganas de volver.