Sendero Montaña Roja

Sales de El Médano con ganas de moverte y, al poco, ya estas caminando por el sendero que recorre la base de Montaña Roja, ese cono volcánico de 171 metros que se alza imponente junto al mar. El recorrido es una vuelta suave —unos 4,7 a 5 km aproximadamente— que mezcla mar, roca roja, dunas y miradores naturales, sin tener que escalar nada complicado.

Lo que más llama la atención es cómo cambia el entorno a cada paso: arrancamos al nivel del mar, bordeando la costa de El Médano, con vistas al paseo marítimo y al viento que mueve las velas de los kitesurfistas. Después el camino se acerca a la montaña, donde la arena se vuelve rojiza y ves formaciones volcánicas erosionadas, ese color que cuesta encontrar en otras playas. En la subida ligera hacia la parte alta de Montaña Roja, la vista se abre: a un lado el azul infinito del Atlántico, al otro la llanura costera y las siluetas isleñas al fondo.

La ruta es accesible: no necesitas equipo especial, solo buen calzado, agua, protección solar y ganas de disfrutar. No es una ruta de alta montaña, sino más bien una caminata plena en naturaleza, ideal para familias o para quienes no buscan reto extremo. Además, al ser circular, comienzas y terminas en El Médano, lo que hace que puedas integrarlo en un día de playa o comida cerca del pueblo. La señalización está presente y el trayecto es sencillo de seguir.

El entorno natural es su atractivo: Montaña Roja forma parte de una Reserva Natural Especial de unas 166 hectáreas, donde la vegetación adaptada al viento y la escasa agua se mezcla con las formaciones volcánicas. Aquí no esperes sombra abundante: el sol y el viento dominan, así que conviene ir bien preparado.

Para mí, lo que diferencia esta ruta es la combinación de proximidad (estás en el sur de Tenerife, accesible) con espectacularidad (ese volcán, el mar, el contraste de colores). Si buscas una caminata que no tarde todo el día, que incluya vistas preciosas y que te deje con ganas de otro baño o de un atardecer en la playa, esta es una parada que no falla. Te encantará si quieres sentirte cerca de la naturaleza, caminar al aire libre y ver Tenerife desde una perspectiva distinta, con viento, piedra volcánica y panorama costero.