Sendero Charca de Tahodio

El sendero que conduce a la Charca de Tahodio es una de las rutas más sorprendentes por su proximidad a Santa Cruz de Tenerife. A escasos minutos del centro urbano, este camino transporta al visitante a un entorno completamente distinto, donde predominan el silencio, el verdor y el murmullo del agua. La ruta parte desde el barrio de Valleseco y asciende suavemente por un camino bien marcado, bordeando antiguos bancales y casas rurales que recuerdan el pasado agrícola de la zona.

A medida que se avanza, el paisaje cambia. Las vistas al océano se mezclan con las laderas cubiertas de vegetación, entre tabaibas, pinos y brezos, creando un contraste que hace de esta caminata una experiencia muy completa. El sendero culmina en la Charca de Tahodio, un embalse rodeado por un pequeño valle que parece suspendido en el tiempo. Este lugar, alimentado por el barranco del mismo nombre, ofrece una escena serena: el reflejo del cielo sobre el agua y el sonido del viento entre los pinos.

La zona es un punto de encuentro habitual para caminantes locales y amantes de la fotografía, especialmente al amanecer o al atardecer, cuando la luz resalta las texturas de la roca y los matices del verde. Aunque es un recorrido accesible, conviene llevar calzado adecuado, ya que algunos tramos pueden ser resbaladizos tras la lluvia.

Históricamente, el embalse de Tahodio se construyó para almacenar el agua que abastecía los cultivos de la vertiente sur de Anaga. Hoy, además de su función hidráulica, se ha convertido en un pequeño refugio natural, un recordatorio de cómo el ser humano y el paisaje han convivido en equilibrio durante generaciones.

Caminar hasta la Charca de Tahodio es redescubrir el lado más tranquilo y natural de Santa Cruz: una ruta cercana y perfecta para desconectar sin alejarse de la ciudad. Un rincón donde el tiempo parece detenerse y la naturaleza se manifiesta con una belleza sencilla y auténtica.