Barranco de Afur
Parque Rural de Anaga
Si buscas una ruta diferente en Tenerife, donde puedas caminar entre montañas verdes, escuchar el sonido del agua y acabar en una playa salvaje, el Barranco de Afur es una joya escondida en el noreste de la isla. Se encuentra en el Parque Rural de Anaga, una zona declarada Reserva de la Biosfera, y ofrece uno de los paisajes más verdes y auténticos de todo el archipiélago.
La ruta empieza en el pequeño y tranquilo pueblo de Afur, rodeado de montañas cubiertas de vegetación. Desde allí, el sendero desciende por un barranco estrecho y precioso, siguiendo el curso de un riachuelo que, según la época del año, forma pequeñas cascadas y charcos naturales. El sonido del agua mezclado con el canto de los pájaros y la sensación de humedad en el aire le da un ambiente muy especial, como de cuento o de selva canaria.
Es una caminata moderada, con algunas zonas estrechas y resbaladizas (sobre todo si ha llovido), así que lo ideal es llevar buen calzado y tomárselo con calma. En el camino verás laurisilva, cañaverales, formaciones rocosas curiosas y ese verdor típico de Anaga que parece de otro mundo.
Después de unas dos horas de bajada, llegas a la Playa de Tamadite, una cala salvaje de arena y piedras negras donde el mar suele romper con fuerza. No es una playa para bañarse (por lo general el oleaje es peligroso), pero sí para sentarse un rato, comer algo y simplemente disfrutar del paisaje brutal donde el barranco se encuentra con el océano.
